La Europa que da miedo y los súbitos análisis.

Los europeos y las europeas cada cinco años nos damos una alegría. Con abstención, o a causa de ella, tocamos las narices. Eso si; cuando se trate de nuestro gobierno, sea provincial o local, ya volvemos al redil y votamos como manda el coco.

Esta vez, arrasados por la austeridad de conservadores y socialistas de la penúltima vía, no hemos dado, con la honrosa excepción griega, en votar a quién gestionar pueda mundos alternativos sino que hemos alentado populismo de todo tipo.

Los más importantes de ellos, los que ahora llaman populismo euroescéptico y que no es otra cosa que resucitar los viejos fantasmas del nacionalismo, el fascismo y la xenofobia. También, anarcoides pulsiónes antipolíticas, naturalmente dirigidas por políticos. Y, por supuesto, algún gritito soberanísta ha caído, que todo aprovecha para el convento.

Y que quieren que les diga, da miedo.

No dan miedo, exactamente, los fascistas electos, que se dedicaran a hacer que los discursos conservadores sean más conservadores y los radicales más radicales, como corresponde con sociedades de clases medias arrasadas.

Da miedo que en el corazón de la Europa republicana o en la democrática Inglaterra, las sociedades se construyan con cuartos de pueblos que aceptan discursos fascistoides.

Da miedo que, en nombre de la hermosa idea de Europa y de nuestra salvación democrática, conservadores y socialistas de la penúltima vía se repartan cargos y políticas para que nada cambie.

Da miedo que un día después nadie hable de ello.

Y da miedo tanto súbito análisis que nos anuncian nuevos mundos para pasado mañana.

El mismo periódico que hace cinco años anunció que una marea magenta nos inundaría, hoy anuncia que estamos a un peldaño de la revolución anti hipotecaria. El mismo medio que lleva meses sosteniendo la insostenible campaña del socialismo de Rubalcaba, publica hoy la quinielas con los evidentes sucesores.

Un político que no es político, faltaría más, y que ha atrapado un diez por ciento, anuncia, entre un Twitter y un estudio de televisión,que ya ha acabado con el PSOE y el PP.

Antes de que la aguerrida militancia lea los documentos electorales y sepa de donde vienen o van los votos, el líder de la izquierda de verdad verdadera, ya ha anunciado que pactará las municipales con quién le privó del diez por ciento al que él aspiraba.

Cosa que pueden ustedes entender porque es más fácil pasarse el día anunciando nuevas constituciones y convergencias que construyendo un programa creíble. También, porque es mejor echarles un pacto a los concejales del futuro no sea que alguien sugiera que, puestos a pactar, pacte su puesto de líder de la izquierda de verdad verdadera.

Los directivos del socialismo de la penúltima vía ya han resuelto las opciones: la cosa es la coalición con el PP, cosa que defiende la línea de los consejeros delegados, o volver a la sociedad, cosa que defiende la línea tuitera, animada desde alguna universidad norteamericana.

Los conservadores también han tomado una súbita decisión: no decidir porque en realidad, ya se lo mirararán.

El caso es que Ustedes y yo le hemos dado un palito al bipartidismo y a la derecha de los que, probablemente, no se recuperarán, pero nos dará igual: los súbitos análisis parecen haber decidido que se mueva todo mucho para que quede todo como está.

Gran fin de semana, menos mal que uno anduvo viendo como ya ataca la saeta que es fuerza y es belleza.